MÚSICA DE JULIA VOLKOVA

viernes, 18 de marzo de 2011

Religiosas Anorexicas " ANN MOORE"

                             Ann Moore


Ann se casó a los 27 años de edad pero muy pronto se separó de su marido. Poco después tuvo dos hijos con el hombre a quien prestaba sus servicios como sirvienta.
Para mantenerse empezó a trabajar en una industria algodonera. Su pobreza era extrema y sobrevivía recibiendo ayuda de la parroquia. Corría el año 1807, y en ese momento ya era conocida su “anorexia”. Sus vecinos la consideraban una buena mujer y sospechaban que su rechazo hacia la comida era la consecuencia del pestilente olor que desprendían las sábanas de un enfermo ulceroso al que prestaba sus servicios domésticos. Durante un año se dedicó a este trabajo.

Cualquier alimento le recordaba aquellas pestilencia y se veía obligada a vomitar. Su adelgazamiento se hizo evidente. Ann Moore inició un período de abstinencia total y tratando de identificarse con las doncellas milagrosas dijo que su última comida habían sido unas pasas de corinto.

Paralelamente ellas proclamó el carácter moral y religioso de su conducta, hizo profesión religiosa pública, admitió sus pecados pasados y asumió los principios del cristianismo. Su fama personal y la de sus ayunos se extendió rápidamente. Incluso se organizó una investigación oficial de forma que Ann fue controlada día y noche por 117 personas. Se trataba de verificar si sobrevivía comiendo o no.
Tras cuarenta horas de control, el propio pueblo se reveló contra la acción de aquellos que no la creían y se confirmó el milagro. Los hechos tuvieron cuatro interpretaciones distintas: que se trataba de una manifestación sobrenatural del poder de Dios, que se alimentaba del aire, que padecía alguna enfermedad del
esófago y que el ayuno era un fraude. Tras cinco años de mantenerse en ayuno total y después de haber aumentado notablemente su fama, las autoridades locales decidieron hacer una investigación más rigurosa. La llevó a cabo una comisión de tres personalidades que organizaron una experiencia de un mes aislando por completo a la paciente. Al cabo de una semana Ann estaba gravemente enferma y se temía por su vida. Su hija intentó interrumpir el experimento. La ayunadora insistía en decir que ho había comido nada en los últimos seis años. Sin embargo a los diez días descubrieron orina en la cama y poco después se le descubrió un pañuelo empapado en vinagre y agua. Todo quedó al descubierto: su hija la había estado alimentando mediante pañuelos empapados y trozos de comida que le transmitía mediante sus besos.

Ann firmó una confesión pública y pidió perdón.

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