MÚSICA DE JULIA VOLKOVA

domingo, 13 de febrero de 2011

LA MONA LISA (Secretos ocultos en sus ojos)

Qué oculta la sonrisa de la Mona Lisa?

Esta es una interrogante que los científicos de todo el mundo han intentado resolver durante siglos. Pocas piezas de arte en la historia han resultado tan enigmáticas como el cuadro pintado por Leonardo Da Vinci. Al final, el misterio parece haber sido develado en los ojos de la famosa figura: un joven, y no sólo una mujer —como se pensaba—, sirvió de modelo para el célebre artista italiano.

La Mona Lisa esconde en sus pupilas las iniciales “L” y “S” que, según una investigación del Comité Nacional Italiano para la Valoración de Bienes Históricos, corresponden a quienes inspiraron al artista italiano: la florentina Lisa Gherardini y el amante del autor renacentista, El Salai.

Más que un simple retrato...


Datos revelados. El presidente del Comité Nacional de Italia para la Herencia Histórica, Cultural y el Medio Ambiente, el investigador italiano Silvano Vinceti, explica los nuevos descubrimientos sobre la Mona Lisa. Lo hizo en una rueda de prensa que el especialista ofreció el 2 de febrero en la ciudad de Roma.
Letras diminutas y números esconden mensajes en las pupilas de La Gioconda, dignos de una novela fantástica. Prueban, en sustancia, que Da Vinci se inspiró para la realización del famoso retrato no sólo en la cortesana florentina, sino también en  Gian Giacomo Caprotti. Lo explicó el presidente del comité, Silvano Vinceti, quien aseveró que afirmar que La Gioconda es Gherardini es una “verdad a medias”. El cuadro presenta rasgos “muy parecidos” a otras pinturas que su autor hizo de Caprotti, conocido con el apodo de El Salai.

De hecho, los cuadros en los que el italiano utilizó a su amante como modelo lo reflejan como un personaje “ambiguo y extremadamente andrógino”, unos rasgos que, según apunta Silvano, son “muy similares” a los que se presentan en la Mona Lisa.

El Salai, nacido hacia 1480 y que falleció en Milán el 19 de enero de 1524, era un alumno predilecto de Da Vinci y con quien éste mantuvo una relación amorosa que duró unos 25 años. Se ha especulado mucho sobre la naturaleza de esta relación, si tuvo o no un componente sexual y a partir de qué momento, dado que entró al servicio del pintor siendo aún un niño, en 1490.

Según los resultados de la investigación, también se reveló que el genio italiano pintó el número 72 bajo uno de los arcos del puente que aparece al lado de La Gioconda. La presencia de este número, según aseguró el experto, “no puede ser casual”, ya que se trata de una cifra “mágica” que está ligada a numerosas tradiciones religiosas y místicas.

Estos esconderían el testamento que Da Vinci habría querido dejar al mundo: su cercanía con Dios y la creencia de que sólo los sabios se salvarían el día del juicio final. Esto porque tanto el dos como el siete son los números de capítulos claves en textos de la religión cristiana, en los que se habla del día del Apocalipsis cuando Dios elegirá a quienes se salvarán del enfrentamiento final entre las fuerzas del mal y del bien. Dicha hipótesis se avalaría también en la tradición cabalística según la cual el nombre de Dios está compuesto por 72 letras.

No sin motivo, explica la investigación, son también 72 las reglas de vida monástica que en 1128 adoptó la orden militar católica de los templarios, quienes también se guiaban por reglas de la tradición cabalística. De nuevo 72. Además, Vinceti advirtió sobre el hecho de que siete más dos suman nueve, es decir el número que simboliza la “iniciación, o sea la divinidad que se manifiesta al hombre que la representa”, según la cábala, que es una de las principales corrientes de la mística hebrea. Por su parte, el dos es una cifra a la que históricamente se relaciona con la armonía entre el género masculino y el femenino, una fusión entre el hombre (El Salai) y la mujer (Gherardini), que podría haber desembocado, al final, en la enigmática figura de la Mona Lisa.

“Leonardo compara así la figura del pintor con la de un ser casi mitad divino, que es capaz de reflejar la realidad creada por Dios en un cuadro”, señaló el presidente del comité italiano de investigación.

Todos estos descubrimientos sobre la personalidad del genio Da Vinci hacen que se considere a La Gioconda “un testamento vital” de Leonardo Da Vinci, de la que los investigadores dicen que probablemente fuera la más mística del artista: “Revela las dimensiones filosófica, esotérica, teológica y religiosa del último período de la vida de Da Vinci, quizá ése sea el gran secreto de La Gioconda y la respuesta de por qué este cuadro era tan caro y lo acompañó hasta la muerte”, afirmó Silvano.

Si hubo quien consideró que el cuadro se trataba de un autorretrato de Da Vinci mismo, otros interpretaron que era un joven, como para subrayar la identidad homosexual del artista, que por este motivo habría guardado durante tanto tiempo la pintura. Según documentos de la época, todo indica que la figura pintada por Leonardo entre 1503 y 1506 fue Gherardini, una aristocrática joven señora del Chianti, segunda esposa de Francesco del Giocondo. Un hombre de negocios de buen pasar que era amigo del padre de Leonardo.

De hecho, fue el famoso pintor y escritor de arte Giorgio Vasari, el primero que, en 1550, en su famoso libro Vite , llamó Mona Lisa el enigmático capolavoro de Leonardo. Una obra que, a diferencia de otros retratos de la época, carece de nombre del representado y data. Se trata de una pintura sobre la cual, a partir de un famoso robo en el museo del Louvre en 1911, comenzaron a tejerse varias versiones y leyendas.

Los símbolos descubiertos serían totalmente invisibles si no fuera por una lupa de gran potencia, y fueron hallados gracias al descubrimiento de un libro muy antiguo que hablaba de ellos. No es la primera vez que el rostro de La Gioconda se coloca bajo la lupa. El 2009, dos investigadores españoles sacaron a la luz la teoría según la cual el secreto de la misteriosa sonrisa de la mujer del retrato depende de los ojos de quien observa el cuadro.

Lo que para muchos es una expresión mutable, dependería de las diversas células que componen la retina y que transmiten diferentes informaciones al cerebro. Después de varios experimentos, los investigadores dijeron que la sonrisa de la Mona Lisa se nota sobre todo si uno está cerca del cuadro y en especiales condiciones de luminosidad. En caso contrario, el efecto no es tal.

Agradecimientos: (Periódico) La Razon Bolivia

3 comentarios:

  1. Genial, hasta un tiempo se creia que en realidad era Gherardini!!! que buen reportaje gracias.

    Quisiera copiar el artículo y te mande mi un correo para que me agregues al msn!

    ResponderEliminar
  2. genial me encanto el reportaje!! gracias.

    ResponderEliminar
  3. la mona lisa siempre sorprend.. pero talvez solo vean lo que quieren ver.

    ResponderEliminar

ADD ME